¿Qué caracteriza a un buen multiplicador de par manual?

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El peso: un buen multiplicador de par ha de ser ligero
La precisión y su repetitividad: sólo con precisiones mejores que el 3% se pueden garantizar trabajos de atornillado fiables
Precisión garantizada conforme a estandares internacionales del tipo ISO 9000 con certificados que muestren valores de medidas realizadas al multiplicador. El multiplicador debe disponer de su propio número de serie y el certificado debe identificarlo de forma innequivoca.
Su robustez: el buen multiplicador ha de tener una larga vida útil. La precisión de encaje de los engranajes planetarios internos es, en este sentido, muy importante: cuanto más precisamente encajen los componentes, tanto más estable es la construcción total y más larga la vida útil del multiplicador.

El tamaño: cuanto más pequeñas sean las dimensiones del multiplicador más sencillo será colocarlo en la aplicación
Seguridad para el usuario: los multiplicadores de par a partir de 3000 N.m. deben disponer de sistemas antirretorno que eviten que la dinamométrica salga disparada en sentido contrario al de aplicación de fuerza ante un despiste del usuario. La falta de este tipo de sistemas de seguridad ha sido motivo de accidentes muy graves.
Seguridad para el propio multiplicador: el buen multiplicador ha de estar preparado para evitar daños en su sistema de engranajes cuando el usuario realiza sobrecargas por descuido.

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